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El maíz es de suma importancia para México, ya que es uno de los productos básicos en su alimentación y es de gran importancia en su cultura, gastronomía, economía, ganadería, agricultura e identidad social, pues es la cuna con mayor diversidad de maíz en el mundo. Por ende, los riesgos e incertidumbres generadas por la implementación del maíz transgénico y sus posibles consecuencias a nivel agroecológico podrían dañar la gran diversidad de razas de maíz, ya que México cuenta con al menos 59 razas nativas. Sin embargo, a través del proyecto “huella genética de maíz”, financiado hace años por la SAGARPA a través del SNICS, se ha sugerido que en México existen 62 razas. En el estudio, se concluye que las razas mexicanas de maíz constituyen un reservorio genético de alto valor y un pilar fundamental hacia la seguridad alimentaria del país y del mundo. Así mismo, las razas se presentan como unidades definidas genéticamente y geográficamente”.
Ya que la siembra de maíz genéticamente modificado podría contaminar a las razas nativas que se encuentran en territorio mexicano de manera irreversible, toda vez que las nuevas especies de maíz por el uso indiscriminado de los herbicidas, principalmente el glifosato, podrían llegar a ser nocivas para la salud. Por lo cual, el presidente Ernesto Zedillo en 1999 estableció una moratoria de 5 años para la producción y distribución a la siembra de maíz genéticamente modificado. Aunque, en el año 2013, por aquel entonces siendo presidente Felipe Calderón, fue quien decretó el fin de la moratoria y a partir de ese momento se solicitaron permisos para la siembra experimental de maíz transgénico por parte de las transnacionales Monsanto, Syngenta, Dow y PHI México.
Así, con la campaña “Sin maíz, no hay país”, el tema de los cultivos transgénicos entró en un gran debate sobre los beneficios y contras que produciría el cultivo en el país, ya que, por una parte aquellos partidarios en contra argumentaban el inminente riesgo de permitir la siembra de organismos genéticamente modificados contaminaría a la biodiversidad de los maíces nativos y aquellos que se encuentran a favor comentaban sobre las necesidades futuras en el abastecimiento y seguridad alimentaria por las crecientes sequías y efectos del cambio climático; razón por lo cual, la Doctora Mercedes López Martínez, junto a 53 personas y 22 organizaciones civiles interpusieron demanda colectiva ante el Juzgado Federal 12 de Distrito en Materia Civil en la Ciudad de México, declarando que la siembra de maíz transgénico afectaría de manera irreversible la diversidad biológica de los maíces nativos, debilitando su composición genética, así como afectaría a la salud de los consumidores y obligaría a depender a los campesinos de las empresas multinacionales para conseguir sus semillas.
Siendo que, a finales de 2013, el juez federal de la Ciudad de México, concedió la suspensión temporal de cualquier nuevo permiso de siembra de maíz transgénico en todo el territorio nacional, ante la falta de pruebas científicas de que el maíz transgénico no perjudicaba la salud de los mexicanos en atención al “principio de precaución”. Y después de 150 recursos jurídicos con el fin de combatir a la demanda colectiva. En octubre de 2021, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, emitió su resolución final por la cual confirma la viabilidad de la medida cautelar otorgada con el fin de suspender todos los permisos de siembra de maíz transgénico en el territorio nacional.
Por lo anterior, el 31 de diciembre de 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador, emitió el decreto por el cual se hará la sustitución gradual en el uso, adquisición, distribución, promoción e importación del herbicida glifosato y de los agroquímicos que lo contengan como ingrediente activo, con el fin de buscar alternativas más amigables con el medio ambiente y seguras para la salud humana, la diversidad biocultural y para el ambiente. Dado que la Organización Mundial de la Salud desde el 2015 consideró al glifosato como una sustancia probablemente cancerígena; sin embargo, la propia Bayer insiste en que el químico no genera daños a la salud de las personas.
Asimismo, el decreto en comento establece que las autoridades revocarán y se abstendrán de conceder permisos para la liberación de la siembra de semillas de maíz genéticamente modificado. Dicha cuestión realizada por el gobierno mexicano causó consternación al gobierno de Estados Unidos, todo a la vez que “México es el principal importador de maíz estadounidense. En 2021, le compró a EEUU 16,8 millones de toneladas, por un valor de 4.700 millones de dólares. En su gran mayoría, se trata de maíz amarillo destinado al forraje de animales y cuyo cultivo se usan transgénicos. A diferencia del maíz blanco, que se destina al consumo humano y donde México es autosuficiente, el país latinoamericano depende de las importaciones para cubrir tres cuartas partes de sus necesidades de grano amarillo. Es un negocio pujante, que ha crecido un 86% en la última década, según datos del Departamento de Agricultura de EEUU, y que ahora puede verse amenazado por la prohibición”.
Por lo cual, Estados Unidos solicitó que se justificara de manera científica las medidas que estaba implementando el gobierno mexicano ante la prohibición del maíz genéticamente modificado, ya que eso contradice el objetivo del T-MEC, en específico su capítulo 9 sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, el cual establece que toda medida que implique una prohibición o restricción comercial entre los socios del tratado deberá estar justificada en principios científicos. Por su parte, el capítulo 2 sobre el Trato Nacional y Acceso a Mercados, se establece que no se podrán poner restricciones arbitrarias en las mercancías de los países socios que conforman el T-MEC.
De esta manera, el gobierno norteamericano solicitó consultas formales en virtud del acuerdo comercial T-MEC a fin de que se justificará la decisión de restringir las importaciones de maíz transgénico y en caso de no demostrarse con bases científicas, la prohibición adoptada, acudirán a un panel de solución de controversias, el cual tendría severas consecuencias para México en caso de perder, ya que afectaría a las relaciones con los Estados Unidos y estas podrían llegar a imponer fuertes aranceles a diferentes mercancías para subsanar el daño causado por la prohibición a las importaciones del maíz genéticamente modificado.
En consecuencia, al pasado 13 de febrero de 2023, se publicó una modificación al decreto implementado en diciembre de 2020, en el cual se concedió una prórroga para la sustitución del herbicida glifosato hasta el 31 de marzo de 2024, y establece una categorización referente al uso del maíz, al permitir las importaciones de maíz transgénico para la alimentación del ganado y usos industriales, pero prohíbe la importación para consumo humano. A través del presente decreto se establece que únicamente se aplicará al maíz, por lo que otras materias primas no quedan sujetas a dicha regulación como la canola, la soya y el algodón.
De esta manera, México considera que es autosuficiente en la producción de maíz blanco utilizado en la masa y tortilla para la alimentación humana, por lo cual no existe una afectación a las importaciones comerciales con Estados Unidos, pues no afecta el consumo pecuniario o industrial. Sin embargo, en cuanto a la producción del maíz amarillo cuya actividad principalmente va dirigida a la agroindustria para uso de almidón y grano para forraje, se ve en la necesidad de contar con las importaciones generadas por parte de Estados Unidos. Además, los productores mexicanos optan por adquirir primeramente el maíz transgénico de Estados Unidos que comprarlo en el mercado local, debido a que existe una mayor oferta en el mercado y sus costos de traslado son menores, pues es más económico trasladar el maíz genéticamente modificado de los Estados Unidos a alguno de los puertos del país que enviándolo a través de carreteras por camión.
Bajo ese contexto, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología presentó diversas alternativas para dejar de utilizar el glifosato y los herbicidas que contengan esta sustancia, pues existen 12 alternativas en el mercado mundial, los cuales consisten en cinco productos agroecológicos que se encuentran en desarrollo en México y siete bio-herbicidas a nivel mundial. No obstante, a lo anterior, la modificación al decreto publicado el 13 de febrero de 2023 pone en duda la competitividad del país en el cumplimiento de sus obligaciones comerciales y el Estado de Derecho, reduciendo la posibilidad de una mayor integración con América del Norte y debilitando la visión de ser una región competitiva en el mundo.
Por lo expuesto, México se encuentra obligado a justificar con bases científicas la inminente prohibición del mayor herbicida utilizado a nivel mundial, ya que a pesar de que existan diversos estudios referentes al tema, en el cuál se establece la probabilidad de que el glifosato sea nocivo para la salud humana, razón por cual, el maíz transgénico podría no solo tener afectaciones a la biodiversidad de las diferentes razas de maíces que se encuentran en el país, sino también podría afectar a la salud de los mexicanos. Por esta cuestión, es de suma importancia las siguientes decisiones del gobierno mexicano ya que tendrán un gran impacto en cuestiones económicas, sociales y culturales.
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