La incertidumbre sobre un futuro estable es siempre una preocupación para los ciudadanos de cualquier país, especialmente en aquellos en vías de desarrollo, donde la economía y la política suelen tambalearse con frecuencia.
México, a pesar de ser un país con gran potencial económico y de haber logrado en las últimas décadas una “estabilidad macroeconómica” con niveles relativamente bajos de inflación, así como un incremento en la apertura comercial internacional, enfrenta un porvenir incierto debido a una serie de factores tanto globales como domésticos, que generarán cambios en el comercio exterior.
Entre los factores domésticos se encuentran impedimentos estructurales derivados de reformas incompletas o mal implementadas, retos en el mercado de productos y bienes, el desarrollo de las instituciones del Estado de derecho, así como la asignación de recursos y la coordinación de políticas públicas entre los tres niveles de gobierno y entre el sector público y privado. Entre los puntos clave que moldearán el panorama a corto plazo y los pronósticos presentados por organismos internacionales, destacan los siguientes:
Crecimiento económico De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la proyección para el cierre de 2024 es un crecimiento económico del 2.2%, impulsado principalmente por la recuperación pospandemia, la estabilidad en las exportaciones hacia Estados Unidos y un entorno global que favorece la demanda externa. No obstante, para los años siguientes (2025-2027) se pronostica un crecimiento de entre el 1.4% y el 2%, afectado por posibles tensiones con la economía de EE.UU. y los desafíos fiscales internos de México.
Riesgo fiscal
De acuerdo con datos de DatosMacro, en 2022 el déficit público en México alcanzó el 4.33% del PIB, ubicando al país en el puesto 121 de 192 países en el ranking de déficit respecto al PIB, ordenado de menor a mayor. En comparación con el año anterior (2021), México empeoró su posición en el ranking, ya que en ese año ocupaba el puesto 91 con un déficit del 3.8% del PIB. En términos absolutos, México registró un déficit de 60,165 millones de euros en 2022, superior al registrado en 2021, que fue de 41,679 millones de euros.
En este contexto, el reto para la siguiente administración, encabezada por Claudia Sheinbaum Pardo, será realizar importantes ajustes fiscales para reducir el déficit público, que alcanzó un 4.5% en 2023 y se pronostica que llegue al 4.9% del PIB en 2024.
Inflación y política monetaria
La inflación global podría afectar los costos de importación y exportación. México, al ser un país importador neto de ciertos insumos, podría experimentar incrementos en los costos de producción, lo que afectaría su competitividad en algunos sectores y el poder adquisitivo de las familias, aun cuando el gobierno haya implementado iniciativas como el aumento anual del salario mínimo. Ante esta situación, el Banco de México ha decidido mantener una política monetaria restrictiva para controlar la inflación, lo que podría influir en el crecimiento económico a corto plazo. En 2022, la tasa de inflación promedio en México alcanzó su nivel más alto en todo el periodo observado, situándose por encima del 7% anual. Se prevé que la inflación alcance un 4.02% en 2024 y se mantenga estable en una cifra cercana al 3% en los años siguientes, una meta establecida desde el inicio de este sexenio.
El aumento notable de la inflación en 2022 fue en gran parte consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, ya que el alza en los precios de la energía, junto con las múltiples sequías en la región, fueron las principales causas de la aceleración inflacionaria en gran parte del mundo.
Análisis en materia de comercio exterior
Analizando exclusivamente el comercio exterior, encontramos lo siguiente:
Relación comercial entre los países miembros del T-MEC
Uno de los temas más relevantes en materia de comercio exterior es el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), ya que Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de México, con un promedio de exportaciones mensuales superior al 80%, principalmente en sectores como el automotriz, agroindustrial y tecnológico.
Como se observa en el gráfico siguiente, las exportaciones hacia Estados Unidos representan entre el 80% y el 85% del total de las exportaciones mexicanas, manteniéndose muy cerca de las exportaciones totales del país.
Sin embargo, las turbulencias nacionales, como las vividas a inicios de septiembre y en meses anteriores, en torno a los efectos que podría tener la reforma al poder judicial en el mercado interno, podrían modificar y alterar las actuales relaciones comerciales. Sin duda, este será un tema que se discutirá en la próxima reunión de 2026, cuando los países tomarán la decisión de extender o no la vigencia del tratado.
Larry Rubin, presidente de asociaciones como la “American Society of Mexico”, ha señalado que se ha decidido frenar el anuncio de nuevas inversiones en el país ante las implicaciones que podría traer esta reforma.
Diversificación de mercados
Los tratados comerciales son fundamentales para diversificar y expandir el comercio exterior de México, especialmente con países de otros continentes, como Asia (a través del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico) o Europa (mediante el TLCUEM con la Unión Europea).
México ha establecido una amplia red de acuerdos comerciales que facilitan su integración con la economía global. El país cuenta con 14 Tratados de Libre Comercio que abarcan 50 países, lo que le permite acceso preferencial a importantes mercados al eliminar barreras comerciales y facilitar el intercambio de bienes y servicios.
Además, México tiene 30 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones con 31 países o regiones administrativas, proporcionando un marco legal sólido para proteger y promover las inversiones extranjeras, así como ofrecer recursos para resolver disputas y proteger a los inversores contra acciones injustas o discriminatorias.
En el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración, México ha firmado 9 acuerdos de alcance limitado. Estos Acuerdos de Complementación Económica y de Alcance Parcial cubren desde el comercio de bienes específicos hasta una cooperación económica más amplia.
Inversión extranjera directa (IED)
Se espera que México siga beneficiándose de las tendencias de nearshoring, donde empresas multinacionales trasladan parte de su producción más cerca de sus principales mercados, como EE.UU. Esto podría incrementar la inversión extranjera directa, particularmente en sectores como el manufacturero, tecnológico y logístico.
Sin embargo, el desarrollo de infraestructura en puertos, aeropuertos y redes ferroviarias será crucial para mejorar la competitividad de México en el comercio internacional.
Actualmente, México cuenta con:
117 puertos y terminales marítimas distribuidos a lo largo de sus costas en el Océano Pacífico, el Golfo de México y el Mar Caribe. Los principales puertos son Manzanillo, Lázaro Cárdenas y Altamira. De estos, 65 son de uso comercial, mientras que los otros 52 son puertos pesqueros, deportivos y turísticos.
Según datos de la Agencia Federal de Aviación Civil, actualizados en septiembre de 2023, México tiene 78 aeropuertos en operación, de los cuales 64 son internacionales. Cada estado de la República cuenta con al menos un aeropuerto, excepto Tlaxcala, que es el único estado sin aeropuertos. México también posee una red ferroviaria de más de 26,900 km, de los cuales alrededor de 23,400 km están en operación.
México tiene el potencial para seguir siendo un actor relevante en el comercio global, pero su estabilidad dependerá de cómo enfrente los desafíos macroeconómicos, especialmente los de origen interno.
A pesar de la estabilidad macroeconómica lograda en las últimas décadas, con una inflación relativamente baja y una mayor apertura comercial, las tensiones económicas con Estados Unidos, los desafíos fiscales internos y la inflación global podrían impactar su crecimiento.
Se espera que el crecimiento económico sea moderado, fluctuando entre el 1.4% y el 2%, impulsado por las exportaciones a Estados Unidos y el nearshoring, pero limitado por las tensiones comerciales y las reformas estructurales incompletas. La política fiscal y monetaria jugará un papel crucial, ya que el déficit público y la inflación requerirán medidas precisas para garantizar la estabilidad a largo plazo.
El comercio exterior seguirá siendo fundamental, con el T-MEC como motor principal. No obstante, la diversificación hacia otros mercados, como Asia y Europa, será clave para mitigar riesgos y reducir la dependencia. Asimismo, la inversión en infraestructura y los tratados comerciales serán esenciales para atraer inversión extranjera directa y mejorar la competitividad del país.
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