Parece ser que el Covid-19 ha sido una de las mayores contingencias que ha azotado al mundo entero, pues afectó de tantas formas diferentes más allá de la salud, que nadie hubiera imaginado. Dicha contingencia parece ser un pilar clave en la caída de la producción que tuvo que enfrentar la industria automotriz, pues las medidas tomadas para contenerla, como bien es sabido, forzaron a las empresas a implementar trabajos remotos, lo que derivó un aumento en la demanda de los consumidores para la adquisición de equipos computacionales.
Bajo ese aspecto, las empresas manufactureras de la industria automotriz se vieron seriamente afectadas desde un inicio en la disminución de mano de obra para poder sufragar la demanda en la producción de sus vehículos, y posterior a ello, en el desabasto de Semiconductores (chips) para la producción de los mismos, pues la demanda de estos obligó a que los fabricantes de los mismos comenzaran a surtir al sector tecnológico de la computación y las telecomunicaciones.
En el año 2020 la producción de vehículos disminuyó considerablemente, por lo que este sector realizó un recorte temporal en los pedidos de los chips. Al reactivarse la producción a finales del mismo año, los mayores proveedores a nivel mundial como lo son Samsung Electronics, SMIC, NXP Semiconductors, ASML y TSMC, no alcanzaban a cubrir la demanda de los chips para todos los sectores.
Cabe destacar que estas empresas fabricantes de los semiconductores en comento se encuentran establecidas en Corea, Japón, China y Taiwán, por lo que no es de sorprender que la producción de sus componentes fuera encaminada a subsanar la demanda de las industrias tecnológicas por el aumento de las ventas en aparatos electrónicos como lo son las computadoras, teléfonos móviles, memorias, tabletas, entre otras cosas para el confinamiento y la realización de actividades de manera remota.
Es evidente que esto ha generado un problema de productividad para el sector automotriz que no le permitirá mantener una producción como lo espera, ya que el sector tecnológico sigue siendo quien más acapara los chips tras los cambios drásticos que acontecieron por la pandemia.
En este año 2022 se tenía la esperanza de que pudiera estabilizarse la demanda de estos semiconductores y se permitiera la producción en todos los sectores, sin embargo, el presidente de ASML Holding se ha pronunciado al respecto informando que el acceso a los semiconductores seguirá siendo limitado por lo menos durante los próximos dos años, debido a que la cadena de producción de estos componentes tiene deficiencias para abastecer la enorme demanda del producto.
Lo anterior solo es un indicador de que seguirá existiendo una escasez de este componente, pero no porque no se esté fabricando, sino que parece una tarea sumamente difícil el que las empresas puedan aumentar la capacidad con la que se producen los chips al mismo ritmo que ha crecido su demanda, pues según estimaciones, la industria de los semiconductores ha aumentado su capacidad de producción en casi 180% tan solo desde el año 2000. A esto debe sumarse que la ASML estima que falta incrementar un 50% la capacidad de producción de los chips para satisfacer el mercado, lo que llevará por lo menos los dos años comentados.
Este problema con los semiconductores ha afectado seriamente al sector automotriz en todo el mundo, pues ha forzado cierres de plantas, retraso de pedidos e incrementos de precios en los insumos. La Asociación Mexicana de La Industria Automotriz (AMIA) ha informado que la industria a nivel mundial sufrió una pérdida de 210,000 millones de dólares durante el 2021 ante la escasez de estos chips.
Por otra parte, la Industria Nacional de Autopartes (INA) ha informado que los más afectados fueron los de la región norteamericana, pues se estima que su producción disminuyó al menos por una cantidad de 2 millones 472 mil unidades, seguidos de Europa con 2 millones 385 mil unidades y China con 1 millón 824 mil unidades.
En cuanto a México, que es proveedor clave para Norteamérica, se ha estado produciendo en menor cantidad las unidades vehiculares a comparación de lo producido antes de la pandemia, pues en el periodo pre pandemia la industria automotriz a nivel nacional generaba un aproximado de 4 millones de coches, y posterior a la contingencia se notó una disminución en la producción del 25% por la escasez de los chips, es decir, se produjeron solo 3 millones de autos.
Solo podemos concluir en que definitivamente los efectos post pandemia siguen y seguirán mostrándose en todos los aspectos a nivel mundial, causando todavía afectaciones a diversos sectores como lo es el automotriz. Esto genera perjuicio no solo a las empresas, sino también a los consumidores, pues es evidente que estos problemas causan una subida de precios en las unidades vehiculares producidas, posiblemente recortes de personal y disminución en la calidad de los vehículos fabricados, por lo menos hasta que se recupere el mercado automotriz ante las secuelas del COVID 19.
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