Implicaciones de las “Economías de Guerra”

Este mes ha venido con grandes cambios a nivel mundial, ya que en los últimos días hemos visto encabezados de noticias anunciando uno de los más grandes conflictos del siglo hasta el momento, una guerra incesante que ha trascendido de tendencias territoriales a pérdidas humanas y materiales.

Desde la creación del Estado de Israel (1948), el conflicto en el Medio Oriente ha venido desatándose con fervor, pues el surgimiento legítimo de esta “nueva nación” representa tensiones y ataques armados entre israelíes, palestinos, y ahora, grupos radicales que luchan por tomar control de la tierra de la antigua tierra palestina.

Sabemos que es un conflicto con muchos antecedentes, inconformidades e injusticias, pero si nos detuviéramos a preguntar ¿Qué tendría que pasar para que existirá paz en estas naciones?, tal vez se empezaría por tomar en cuenta esto:

    • Los israelíes tendrían que apoyar la creación de un estado soberano palestino que incorpore a Hamás, así como, levantar el bloqueo a Gaza y las restricciones de movimiento en Cisjordania y Jerusalén Oriental; apegados a las negociaciones de 1967.
    • Los grupos palestinos tendrían que reconocer al Estado de Israel, y cesar los ataques.
    • Se tendrían que alcanzar acuerdos razonables en materia de fronteras, asentamientos judíos y retorno de refugiados.
    • Llegar a amnistías, referentes a la ciudad más simbólica, Jerusalén, capital tanto de palestinos e israelíes.

Pero antes de que esto pueda llegar a ocurrir, la realidad que se vive es esta, y los países deben saber organizar su economía para hacer frente a estos conflictos armados en caso o no de involucrarse, a esta “organización económica” también conocida como Economías de Guerra.

Se entiende que una Economía de Guerra, es la intervención y control que toma el gobierno para elegir la mejor estrategia para maximizar la capacidad productiva y distribución de recursos de su país, con el último fin de alcanzar una victoria militar sin dejar de satisfacer las necesidades internas.

Para comprender con mayor precisión este concepto, debemos empezar por describir los tipos de economías de guerra, por un lado, tenemos aquellas economías de guerra en conflicto armado y también aquellas que no están en un conflicto bélico, cual fuera el caso, esto puede deshebrar en por lo menos estos dos escenarios:

    • El primero, es el de mayor impacto ya que hace referencia al conflicto bélico dentro de las fronteras o en su caso estén fuera de su territorio, pero lo estén enfrentando de manera “directa”.

Este tipo de enfrentamientos implica, entre otros aspectos del incremento en el gasto público en defensa, lo que ocasiona:

    • El freno el desarrollo de otras industrias y sectores
    • La reinvención y adaptación de los sectores, pues es necesario la creación de mejores productos con menos o iguales medios, a un costo menor.

En ocasiones una economía de guerra también representa un avance en sectores industrial, sanitario o tecnológico, ya que se innova. 

    • La pérdida de mano de obra temporal o total.
    • Deserción de soldados, y civiles.
    • Incrementos de los impuestos y la emisión de bonos de guerra, o un escenario mayor la confiscación de bienes y propiedades
    • Daños en la infraestructura.

Uno de los ejemplos más cercanos que tenemos es la guerra de Israel y Palestina, o la invasión rusa de Ucrania, donde se impusieron nuevas “reglas a su población”, se apuesta a la industria pesada, se ha perdido desgraciadamente muchas vidas tanto de civiles como de soldados, escasez de trigos y aumento en combustibles energéticos como lo fue para el caso de Europa.

    • El segundo tipo de economías de guerra es aquella que queda fuera de un conflicto bélico, está en ocasiones se puede aplicar en casos de grandes desastres naturales (terremotos, tsunamis, inundaciones o incendios), y dependiendo del impacto del desastre, del tamaño de la zona afectada o del número de personas, la economía de guerra se aplica o no; o en un esparcimiento de virus.

Uno de los casos en lo que se aplicado de un modelo de “economía de guerra”, es por la Covid-19; que, a pesar de no ser un desastre natural o un conflicto bélico, los países tuvieron que tomar decisiones muy similares a las de una economía de guerra, para luchar contra una enfermedad.

Este tipo de economías de guerra implican también un incremento en el gasto público, pero ahora bajo otra dirección:

    • Creación de comités públicos, para cambiar prioridades y tomar decisiones que procuren el bienestar social y económico de un país.
    • Se unen y transforman sectores e industrias.
    • El ejército trabaja para la población civil
    • Existe reinserción laboral y aumento de mano de obra.
    • Se estimula el desarrollo de sectores en específico.

Como comentamos al inicio del documento, el Estado es el principal agente que asume el total control de la economía nacional, adquiriendo un gran poder a la hora de tomar medidas económicas.

Uno de los grandes temores y consecuencias que se tienen durante una guerra es la hiperinflación, debido a que se vuelve altamente destructiva para la economía de un país que está tratando de sobrellevar una guerra, de ahí que la necesidad de la intervención política monetaria para controlar un incremento desbocado de los niveles de precios. Estas medidas pueden ir desde el establecimiento de nuevos impuestos a la confiscación de bienes y propiedades

La política monetaria es la acción que realiza la autoridad bancaria de un país para administrar la cantidad de dinero y crédito de una economía, en México el objetivo principal de una política monetaria es mantener la estabilidad de precios (controlar la inflación).

Otro de los controles que adquiere la autoridad en el abastecimiento de alimentos y estableciendo un fuerte control, pues se encargará de dirigir y supervisar la producción dentro de la agricultura e industria alimentaria. Este control también significa en una maximización de los escasos recursos energéticos, aun cuando estos sean racionados el impacto dentro de la economía mundial es uno de los que más suenan y que conducen en un aumento en la inflación.

Si, el estado no llegara a cubrir de manera autónoma las necesidades que se tienen ante un conflicto bélico, el gobierno puede recurrir a emitir bonos de guerra; se trata de títulos emitidos por el mismo Estado que, dentro de un tiempo, ofrecen rentabilidad a quienes los adquirieron con una tasa de interés en la mayoría de los casos es superior a la del mercado.

Pero, existe un riesgo que tenemos que tomar en cuenta en este instrumento, y es que a posteriori a la guerra, la economía y finanzas nacionales se encuentran afectadas, lo complica totalmente el cobro de esos intereses.

 


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