Cadenas de Valor
Pocos conceptos económicos son tan ampliamente utilizados en la actualidad como las Cadenas de Valor, directa o indirectamente todos los entes económicos formamos parte de alguna, sin embargo; el término es de mayor relevancia cuando se profundiza en el sector manufactura y tampoco es noticia nueva que Asia juega tiene un papel preponderante en el tema.
Décadas atrás China, India y los tigres asiáticos (Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur), se levantaron como referentes globales del crecimiento económico a través de un boom en su economía al convertirse en los centros manufactureros del mundo, de ahí en adelante China fue consolidando su papel hegemónico en el tema.
Durante años, nada parecía afectar al gigante asiático y lo único que se visualizaba alrededor del mundo era la consolidación de su hegemonía, una situación que empezó a incomodar a las grandes potencias, ya que muchas de sus empresas locales comenzaron a buscar una disminución de sus costes de producción, así como una mano de obra especializada que generara un valor adicional a sus productos, y mudaron sus operaciones de manufactura a China y otros países asiáticos que les brindaban la oportunidad de incrementar sus utilidades a niveles no vistos desde la revolución industrial.
Lo anterior terminó por generar una ola de desempleo en muchos países, por ello se buscaron alternativas para combatir tal situación, y una de las estrategias que se dio con mayor naturalidad fue la creación de bloques económicos, de los cuales surgieron los Tratados o Acuerdos Comerciales que brindaban a los países miembros facilidades en temas de impuestos, y acceso a mercados extranjeros sin precedentes; intentándose con esto, que las empresas se mantuvieran activas, generando empleo, impuestos locales y utilidad para los territorios inmersos.
Basado en esto, varios países a nivel mundial repuntaron rápidamente y tuvieron la posibilidad de mantener o atraer nuevas empresas a su territorio. No obstante, para las grandes potencias, los resultados no fueron al cien por ciento los esperados, ya que aun así les resultó casi imposible el mantener a esas grandes empresas dentro de su territorio, debido principalmente a los altos salarios que se pagaban a los obreros especializados.
México no fue la excepción y se empezó a perfilar como una de las economías más importantes en materia de Comercio Exterior a nivel mundial, la complejidad del TLCAN, asombraba a cientos de naciones por la forma tan rápida con la cual, las tres naciones involucradas entendieron lo que se necesitaba para hacerlo funcionar y ser un ejemplo a nivel mundial. Estados Unidos ya contaba con mano de obra altamente calificada, Canadá tenía ya grandes avances en el tema, y México detonó las escuelas técnicas, lo cual sumado a la migración de técnicos especializados de los EUA al país, le permitió ponerse a la vanguardia en sectores de alta tecnología en el momento como ejemplo claro se encuentra el sector automotriz. Empero, aun con todo lo anterior no fue suficiente para frenar a China y otros países de Asia; sus tasas de población y sus sistemas económicos facilitaban en demasía el mantener unos costos de producción muy bajos, y con los cuales difícilmente se podía competir.
Los esfuerzos de las economías por contener el paso avallasador de las potencias asiáticas no han cesado al día de hoy, lo cual, ha generado una proliferación de gobiernos con agendas radicalizadas y con tendencias a la regresión económica a los 70 y 80’s, una tendencia que, si bien inició con las economías más pobres, rápidamente fue escalando a las economías en desarrollo y finalmente alcanzó a las grandes potencias económicas a nivel mundial. Esta situación cobra especial importancia porque generó unas medidas de proteccionismo muy agresivas con las cuales estamos lidiando a nivel global y las cuales no dan signos de disminuir o desaparecer en el mediano plazo.
Bajo esta nueva realidad las Cadenas Globales de Valor se están reconfigurando, la batalla comercial que surgió con la llegada del presidente, Donald Trump entre los EUA y China, (misma que se mantiene al día de hoy) no ha hecho otra cosa que encarecer los productos de origen chino, y en menor medida ha logrado que algunas cuantas empresas abandonen China como su centro de manufactura mundial. Si bien los efectos no han tenido el éxito esperado, no es de sorprenderse que en las próximas décadas veamos un disminución de los volúmenes de producción y exportación por parte del gigante asiático, los altos aranceles al acero, puerco y componentes electrónicos finalmente tendrán un efecto económico, ya que la población de los sectores medio y bajo esta cerca de llegar al límite de su capacidad adquisitiva, lo cual comprometerá la adquisición de productos generados en China.
De igual forma, ha sido tema de grandes debates a nivel mundial el envejecimiento acelerado de la población económicamente activa, y la disminución de las tasas de natalidad, por citar un ejemplo, la media de la población activa en la actualidad en Japón es de 46 años, y la de China es de 36 años, lo cual, los pondrá en una situación bastante compleja en los próximos 20 años, ya que su edad complicara mucho el mantener una alta eficiencia productiva a nivel manufacturero y que pueda competir con países con una edad promedio menor.
El COVID-19, es uno de los aspectos fundamentales que están haciendo evolucionar a las cadenas de valor, estamos viendo el nacimiento forzoso del teletrabajo, del home office, de una nueva tendencia en términos de producción. Las empresas no fueron ajenas al paro forzoso que sufrieron para contener el embate de la pandemia, lo cual, ha despertado en algunos casos y en otros ha acelerado la adopción de nuevas tecnologías productivas, en las cuales impera la sistematización mecánica de las actividades productivas que contribuirá fuertemente a la sustitución acelerada de la mano de obra humana en las economías en crecimiento, lo cual no necesariamente será beneficioso para el mundo en el largo plazo, pero será una realidad en los próximos años, ya que los expertos en salud han sido muy cuidadosos en expandir el mensaje de que cada vez serán más recurrentes las pandemias a nivel global.
Sin lugar a dudas, estamos viviendo tiempos complejos a nivel económico, social y cultural, los grandes conflictos por acordar precios en temas de energéticos se han dejado sentir entre las grandes potencias como Arabia Saudita y Rusia, generando así un incremento en el precio de los mismos, y una volatilidad a nivel mundial que ha afectado a casi todas las bolsas de valores del mundo, al tiempo que ha generado una problema de inflación a nivel global que no se veía desde hace casi 50 años en economías desarrolladas o en vías de desarrollo, y si bien se espera que sea un efecto temporal, lo cierto es que es casi imposible que los productos y servicios regresen a los niveles previos a la pandemia, simplemente se controlara en cierto nivel, y la población se tendrá que acostumbrar a esta nueva realidad.
En el particular caso de México con el T-MEC cuenta con una oportunidad muy interesante para atraer las inversiones productivas que le permitan atraer empresas, que antes se encontraban establecidas en países del continente asiático, esto debido a la oportunidad que se genera para entrar con pase casi libre al mercado americano, sin embargo; tiene un camino muy laborioso y requiere apuntalar la educación técnica y científica que las nuevas tendencias de producción y distribución requieren, más aún, la edad promedio de su fuerza laboral ronda los 28 años, una situación muy ventajosa en los próximos años, de ser bien explotada. La inversión en infraestructura que se ha estado realizando (fuera de los aspectos políticos que involucra), se perfila como un aliciente de alto impacto para las empresas que desean invertir en sectores productivos, de servicios y turísticos.
El tren maya es una obra de conexión con el sur del país, misma que beneficiara a la población de los estados involucrados en la ruta del mismo, también dejara sentir sus beneficios para las empresas de Centroamérica, al encontrar un medio de transporte de menor coste y mayor eficiencia en términos de tiempo de traslado y seguridad de la carga en dicho medio y viceversas con las empresas mexicanas que busquen expandir sus actividades comerciales a esta zona geográfica.
En los próximos años seremos testigos de las contramedidas que tomaran los países del continente asiático por contener los efectos de las políticas proteccionistas de las grandes economías a nivel mundial, ya que esta es una batalla económica y de reconfiguración que se encuentra lejos de terminar y para la cual las empresas se deben de preparar muy rápidamente, buscando expandir sus áreas de producción y comercialización a países en vías de desarrollo, y que además cuenten con acuerdos y tratados comerciales que les permitan un acceso preferencial a sus productos y libre de las restricciones que las grandes potencias están instaurando.
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